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TennisAid- el lado solidario del tenis

TennisAid- el lado solidario del tenis: el segundo día en Uganda

Salimos a las 8am para estar a tiempo en la Escuela Primaria Shimoni. Las clases comenzaban a las 10 pero teniamos unos 45′ de camino (siempre se va a pie) y luego llevabq tiempo armar las redes y marcar las pistas, ya que se trataba de un campo de fútbol. El viaje es toda una aventura.

El primer día había sido un domingo por la tarde, pero esta vez se trataba de lunes por la mañana, por lo tanto habia muchísimo tráfico y los coches, las miles de furgonetas (transporte público) y las Boda-Boda, motos que llevan gente por 1 Dólar hacen que caminar por la calle ( básicamente no hay aceras) sea una experiencia indescriptible.

Llegamos a la escuela y descubrimos que el campo estaba ocupado. Un equipo de fútbol de adultos estaba entrenando allí. Nuestros amigos entonces nos llevaron a recorrer las instalaciones, vimos a los chicos desde afuera de sus aulas y nuestra presencia comenzo a llamar a su atencion. Nos presentaron al encargado de Deportes y éste nos llevo ante el Director, que tal como había ocurrido ayer en Ntinda, nos hizo firmar un libro de actas, donde debiamos poner nuestros nombres, dirección y hacer un comentario sobre nuestra visita.

Foto: Martin Rocca Coco

Foto: Martin Rocca Coco

La sensación fue extraña porque el respeto que se respiraba cuando nos encontrabamos con personas como los Directores, hacia tiempo que personalmente no veía que ocurra en otros ámbitos en casa. Esa figura a la que todos tienen que obedecer, ceder la palabra y escuchar con suma atención creo que es parte del pasado en nuestra cultura, hoy en día es una pena que esto ocurra.

Mientras esperabamos que el campo se desocupe, nos llevaron a recorrer cada clase, interrumpiendo a los maestros que, de muy buen ánimo, nos daban la bienvenida y reclamaban a cada grupo que se pongan de pie delante nuestro y nos saluden a coro diciendo: Good morning Visitors! Las sensaciones eran increíbles. Todos esos ojos bien abiertos, atención máxima a nuestras palabras y gestos, todo muy emocionante y no eran aun las 10am. Finalmente y luego de recorrer unas 5 clases, bajamos al campo a preparar las pistas y raquetas. Un par de chicos ayudaban a los entrenadores con suma dedicación a colocar los palos (clavados en la tierra golpeándolos con una gran piedra), las redes y a marcar las lineas. Esto es interesante: tanto en Ntinda como en Shimoni marcan las líneas con cenizas del carbón que quedan del fuego que hacen los maestros al preparar la comida de los niños. En Ntinda lo hacen con la mano pero en Shimoni disponen de un pequeño carrito con ruedas que empujado por un largo bastón ayuda a marcar la pista.

Foto: Martin Rocca Coco

Foto: Martin Rocca Coco

Comenzo la clase y dividimos el grupo en dos: Abel tenia asignado un grupo de unos 18 chicos, el mío era de 24. Ambos hacemos un calentamiento con ellos y luego comenzamos a hacer progresiones, trabajos en grupos reducidos, etc. y no deja de sorprendernos la facilidad, la rapidez y disciplina que muestran en cada actividad.

No dejo de pensar en la enorme cantidad de veces que decimos a nuestros alumnos como hacer determinadas cosas que son habituales en cada clase y deberían ser puros automatismos, sin embargo estos chicos necesitaban solo UNA indicación y la obediencia era absoluta e instantánea.

La clase estaba programada para una sesión de 3 horas, a lo cual comentamos que era demasiado tiempo para que jueguen los chicos. La respuesta de los entrenadores es que a estos niños les gusta tanto jugar que el tiempo se les hará demasiado breve.  Luego de haber estado jugando por una hora, algunos chicos pidieron permiso para comer algo (muy llamativo que la mayoría solo tenía una bolsa de palomitas de maíz) pero quienes no tenían comida seguían jugando por su cuenta.

En menos de 3′ casi todos los chicos estaban con una raqueta en la mano, como si consideraran que parar a comer era solo una pérdida de tiempo que les impediría continuar jugando. Durante 3 horas compartimos ejercicios, juegos, bromas, fotos y lo que ellos disfrutaban, a nosotros nos llevaba a querer darles más de nuestro tiempo y esfuerzo.

Al finalizar la clase también nos llamó la atención que se preocupaban todos por recoger las pelotas, raquetas, conos y quitar ordenadamente las redes. Se notaba que se les ha enseñado a valorar el material del que disponen y todos hacen caso a ello.

Foto: Martin Rocca Coco

Foto: Martin Rocca Coco

Con el grupo reunido y todo el material guardado, procedimos a entregar la ropa que trajimos de regalo. Ese fue, sin dudas , el momento más fuerte de todos. Porque a todos nos ilusionaba recibir regalos y es muy gratificante poder ser quien los entrega. Pero la alegría, el agradecimiento y los abrazos de los niños son tan emocionantes que es hasta difícil contener las lágrimas. Entonces y para rematarlo, una de las chicas pidio hablar delante de todos, pedimos silencio y dice: «Gracias Coaches por estos regalos. Estamos muy agradecidos. También quiero decir: Cuando un Maestro te enseña algo tienes que prestar atención. Porque si no lo haces no aprendes. Eso es lo que quería decir». Simple y emocionante. Aun ahora lo recuerdo y me llena los ojos de lágrimas.

Luego de la despedida emprendemos otros 45′ caminando, los cuales hacemos en silencio sepulcral. No por estar cansados o por la dificultad de hablar mientras se circula por un camino con un tráfico enloquecedor.  Es que asimilar todo lo que acabábamos de vivir no es tarea fácil y estamos muy tocados.

No disponemos de mucho tiempo libre, buscamos un lugar para comer y allí nos quedamos hasta que se hace la hora de ir nuevamente a Ntinda. Los 16 chiquitos sordos nos esperan otra vez. Esta vez ya lucen la ropa que les habíamos regalado, con algún incidente: nuestros amigos entrenadores locales, que son en realidad quienes se encargan de repartir los regalos, habían asignado un par de polos de chicas a dos chicos, que con gestos de resignación hacían entender que su ropa era muy estrecha. La clase se desarrollo con normalidad, hicimos la sesión basados en el golpe de Revés y volvieron a demostrarnos lo dóciles y ordenados que son.

Volvimos muy tarde a casa, casi a la medianoche. Yo me voy a dormir a la 1, mientras que Abel se quedo editando el video diario hasta las 4am.

Por: Martin Rocca Coco (@10martinrocca)

Notas anteriores:

Presentación 

¿Como nació el proyecto?

Financiación del viaje a Uganda

La llegada a Uganda

El primer día en Uganda

Director de Todo Sobre Tenis desde el año 2012. Periodista deportivo.

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